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CEEPI: Miedo a la noche

¿Por qué los niños le temen a la noche?

• Es un temor inherente a toda la especie humana.
• En niños comienza a presentarse entre los 3 y los 9 años de edad.
• El problema se puede resolver rápidamente; no obstante la situación cambia cuando hay verdadero pánico a la noche.
• Una alteración del sueño en niños puede ser la consecuencia de una situación de bullying e incluso de abuso sexual.
• CEEPI presenta su Escuela para Padres, donde sus especialistas abordarán éste y otros temas de psicología infantil.

El miedo a la noche es inherente a la especie humana. El origen fue en los primeros tiempos cuando en la oscuridad se era fácil presa de los depredadores, en especial los niños. En el ser humano moderno esto dio origen a las pesadillas nocturnas; conforma, además, la evolución de un mecanismo de sobrevivencia, el cual se ha sofisticado por la inteligencia que lo caracteriza y se plasma en los mitos creados por el humano y que viven en la oscuridad.

“El ser humano es un ser diurno, porque nuestra visión nocturna no evolucionó como la de las otras especies. Aquí tenemos un problema, no vemos bien en la noche. A esto agregamos la imaginación, las historias de miedo, las religiones, los fantasmas, los demonios, lo que dicen los grandes a los niños para que se duerman rápido – el coco por ejemplo -, y últimamente las películas, los monstruos e incluso el clima de inseguridad que siempre se agrava en las noches. Por lo tanto, tenemos a niños que le tienen, en el mejor de los casos, miedo a la noche; en el peor, pánico”, explicó la Mtra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios en la Infancia (CEEPI).

La especialista comentó que el miedo infantil a la noche es un problema frecuente que se presenta entre los tres y los nueve años de edad: “Los niños se siente vulnerables, pero el problema se tendría que resolver con unas cuantas palabras afectivas. De ahí que contar cuentos infantiles sea un bálsamo que alivia ese temor, porque los simbolismos positivos de los cuentos terminan por ‘matar’ a los ‘fantasmas’ que rondan en la noche. El problema es cuando se tiene realmente pánico a la oscuridad”, dijo la especialista.

Si el miedo es descontrolado, explicó, el problema puede provenir de una situación que no está funcionando bien: agresiones por algún familiar, acoso escolar, TDAH y en casos más extremos podría representar un escenario de abuso sexual, por lo que es indispensable prestar atención de inmediato.

CEEPI ofrece una serie de consejos para atenuar e incluso desaparecer de forma rápida el temor a la oscuridad de los niños:

• Aceptar (padres e hijos) que el miedo a la oscuridad es normal.
• Entrar al cuarto de los niños (con ellos) en diferentes horas y hacerles ver que no existe nada malo en su habitación.
• Contar cuentos tiene un efecto tranquilizante.
• Si se despierta en la noche por una pesadilla, no es bueno regañarlos y menos gritarles: hay que hacerles ver que fue un mal sueño, que no pasa nada y hacerlos dormir en su cuarto (nunca con los padres).
• Supervisar contenidos tanto en Internet, como lo que ven en Televisión (el problema puede ser un programa con contenidos no apropiados para su edad).
• Si el niño le pide  a sus padres no apagar una lámpara hay dejarla prendida, paulatinamente habrá que ir atenuando la iluminación hasta que duerme sin ella.
• Si el problema se presenta de forma crónica, por más de dos meses, es indispensable acudir con un especialista que determine el origen, podría tratarse de una alteración del sueño.

“Un psicólogo infantil determina el origen del miedo: incluso puede interpretar las figuras terroríficas que originan las pesadillas del niño o niña en cuestión. En este sentido CEEPI también dispone de un Taller para Padres donde se expone la problemática a fondo. Invito a los padres a que conozcan el contenido del mismo ya que se analizará éste y más temas que son problemas frecuentes para los padres y las madres de familia”, concluyó la especialista.

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