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La profesión se elige en una de las etapas más complicadas de la vida

Por Ximena Álvarez

En la adolescencia se llevan a cabo muchos cambios físicos – biológicos, psicológicos y sociales. Si no se afrontan adecuadamente, ocasionan problemas de identidad, de control de impulsos y en general, se denota una falta de madurez para tomar decisiones asertivas en cualquier aspecto de la vida. Por ello, no es de sorprenderse que muchos jóvenes en esta etapa no puedan elegir una vocación adecuada.  El reto es complicado, porque deben poner en orden y aclarar cuáles son sus verdaderos intereses y aptitudes, con el fin de tomar una elección acertada y tener éxito en su futuro profesional.

Las principales implicaciones de los adolescentes en esta etapa que va de los 16 a los 18 años son altamente complejas. Para empezar están muy dispersos en su pensamiento y gran parte de su tiempo lo invierten en las relaciones amorosas, que aunque de corta duración, llegan a tener un mayor significado para ellos que cualquier otro evento en su vida. Se vuelven más egocéntricos y ensimismados, por lo cual no aceptan tan fácilmente las opiniones de sus padres o de sus maestros. Tienen mayor percepción de independencia biológica, psicológica y social, que les asusta y les crea sentimientos de soledad y tristeza.

Cuando el adolescente tiene cierta madurez y logra pasar esta etapa lo mejor que puede, seguramente podrá tomar decisiones sin muchos problemas, pero cuando alguna de las piezas no están bien acomodadas, seguramente el tomar un decisión vocacional le ocasionará muchos problemas de carácter emocional y social.

El efecto rebeldía también se aplica a la vocación

Cuando no hay una identificación bien definida, los jóvenes lucharán por hacer lo contrario a sus padres, serán rebeldes contra éstos y buscaran la manera de incomodarlos.Tienen mucha energía puesta en sus relaciones interpersonales y paralelamente les cuesta mucho trabajo encajar en ciertos rubros sociales. Cuando esto se les dificulta, por supuesto que la elección de carrera también se les obstaculizará,  porque al sentir que no pertenecen a un grupo determinado, les puede crear falsos pensamientos de rechazo a la vida universitaria y posteriormente en el ámbito profesional.

También la baja autoestima repercute en la idea de no llegar a ser exitoso y de no poder competir con los demás de manera adecuada, y esto también suele aplazar o rechazar la toma de una decisión vocacional. Por todo esto y muchos más aspectos, sobre todo emocionales y sociales, los adolescentes deben de ser orientados por especialistas y evaluados en cuanto a sus gustos, sus habilidades, su inteligencia y su personalidad para que logren totalizar todas las áreas donde sobresalen y así tomen la mejor decisión de su vida profesional. La finalidad es que no se sientan invadidos por la apatía o la ansiedad que esta decisión muchas veces genera.

Para mayor información sobre este tema contáctenos en contacto@masquerp.com.

* El Artículo fue escrito por Ximena Álvarez, psicóloga egresada del Universidad del Valle de México con amplia experiencia en el tema. Actualmente es gerente de Servicios para El Orientador Vocacional en MásQueRP