CEEPI: Los niños y la muerte
¿Cómo abordar la muerte cuando hay niños?
- Es uno de los temas más incómodos y es inevitable.
- La explicación es de acuerdo a la edad del niño y al sistema de creencias de sus padres.
- Lo importante es no crear un tabú.
- El otro tema es cuando un ser querido muere.
- Especialistas de CEEPI ofrecen su visión y consejo al respecto.
El tema de la muerte es inevitable entre padres e hijos y el reto es no crear en los niños un tabú que limite la comprensión del sentido de la muerte. “La explicación dependerá de la edad de los menores, además de la forma en que los padres conciben a la muerte, es decir sus creencias, su religión o los sentimientos que evoca. Hay que tomar en cuenta que el significado de la muerte aunque sea de manera vaga, ya está inculcado en los niños cuando hacen la pregunta, principalmente por los medios de comunicación que aluden a ella y porque finalmente siempre están atentos a las conversaciones de los adultos”, dijo la Dra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI).
Hay que recodar que la muerte está presente siempre: en los cuentos infantiles – tema primordial en ellos – en las caricaturas, en los noticieros y en sí, es parte de la vida cotidiana. En términos generales los niños tienen su primer contacto con el concepto de muerte por los programas televisión (caricaturas, películas y ahora videojuegos), seguido de las conversaciones de sus padres, la religión y finalmente por una experiencia directa, es decir que pierden a un ser querido, que puede ser incluso una mascota.
Sotelo Arias explicó cómo abordar la temática con los niños:
- Escuchar lo que preguntan y no mostrar asombro o inseguridad.
- Explicar de acuerdo al sistema de creencias de cada persona o familia.
- Ser sinceros.
- Dar respuestas breves y claras.
- No caer en rodeos y explicaciones sin fin.
- No mentir ni decir “nunca me moriré”.
“A partir de los tres años los niños comienzan a labrarse un entendimiento de la muerte, pero como como algo temporal, no irremediable. Después de los cinco y hasta los ocho años se dan cuenta de que la muerte es irreversible y de que todos acabaremos muriendo algún día. Después de los 10 años conciben la muerte como una cita ineludible. Están plenamente conscientes de ello”, dijo la especialista.
Explicó que las preguntas más frecuentes son: ¿Qué pasa cuando uno se muere? ¿Te vas a morir algún día?, ¿Yo me voy a morir pronto? o en su defecto, “no quiere que seas viejo nunca – porque los viejos se mueren pronto -”. “Cuando son preescolares hay que tranquilizarlos e infundirles seguridad. Abordar el tema con honestidad y decirle, ‘sí, algún día moriré pero falta mucho para ello’. Los niños necesitan ese tipo de respuesta y no explicaciones más profundas”, dijo.
Para concluir, Sotelo Arias manifestó que las fiestas como el Día de Muertos o el Halloween además de ser milenarias tiene la finalidad de reducir la angustia por la muerte y al mismo tiempo hacer conciencia de que algún día llegará a nuestra vida.
Cuando un ser querido muere un niño necesita:
- Tranquilidad y entender que hay otras personas adultas que se pueden hacer cargo de él.
- Comprender que no son culpables por la pérdida.
- Es válido estar triste y llorar también.
- Nunca es positivo hacer como que no pasa nada.
- Los adultos pueden compartir con los niños el estado de tristeza que los embarga.
- En algunos casos cuando son mayores de tres o cuatro años conviene que vayan por un rato al velorio. Es una manera de despedir al ser querido.
- Hablar mucho con los pequeños y recalcar que habrá personas que siempre las amarán.
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