Inmadurez emocional en niños, un padecimiento frecuente y mal comprendido
- Es común confundirla con TDA, TDAH e inmadurez intelectual.
- Los niños presentan problemas de lenguaje y lecto-escritura, bajo desempeño escolar, y baja autoestima, entre otros síntomas.
- Los padres pueden ser los principales responsables del problema.
- Hubo un incremento de casos de niños con inmadurez psicológica derivado del hacinamiento por la pandemia.
- La solución es el diagnóstico y una terapia de juego.
- CEEPI da a conocer la problemática.
La inmadurez emocional infantil puede confundir a los padres de familia e incluso a los maestros. Es similar al Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Está asociado con un bajo rendimiento escolar y es común que los niños padezcan problemas de lenguaje y de lecto-escritura. Contrariamente a lo que se piensa, se trata de pequeños con capacidades intelectuales normales e incluso sobresalientes. El problema es que no han desarrollado las habilidades esperadas y acordes a su edad por motivos estrictamente psicológicos.
“Son niños muy sobreprotegidos, con papás sumamente aprensivos y que de forma inconsciente inhiben su desarrollo psicológico acorde a su edad. Generalmente no son estimulados: ‘no se les toca ni con el pétalo de una rosa’ y las consecuencias son contraproducentes ”, dijo la Dra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
Los hechos demuestran que existen un repunte considerable del padecimiento.
Los motivos sin diversos:
- Por el clima de inseguridad, los niños ya no son tan sociables como lo eran hace unos años – ya no juegan en la calle o fuera de sus hogares. Su interacción se basa en las redes sociales y videojuegos.
- Sobreprotección. Los padres no les enseñan a defenderse y les resuelven todos los problemas que enfrentan.
- Sus padres promueven los temores en vez del valor para resolver los problemas. Por no verlos frustrados, viven en la frustración y claro, les dan todo aunque no se lo merezcan.
- Pandemia. Derivado del hacinamiento se presentó un incremento significativo de inmadurez emocional: niños sobreprotegidos, con temores desbordados, antisociales y con baja tolerancia a la frustración.
Claudia Sotelo Arias explicó que la solución es realizar un diagnóstico basado en pruebas que miden el nivel de inmadurez y de inteligencia. “Y hay buenas noticias, 82% de los casos se trata de niños normales pero con una algún grado de inmadurez psicológica. Sólo el 18% sí presenta inmadurez intelectual y otro tipo de padecimientos (TDAH, daños neurológicos, bajo coeficiente intelectual, etcétera)”, dijo la especialista.
La psicóloga explicó que el tratamiento para revertir la inmadurez se basa en terapias de juego: “Los niños se divierten al mismo tiempo que refuerzan su autoestima y logran ganar autonomía. Para sus padres la intervención psicológica prevé cambios en la dinámica familiar y escolar. Por lo tanto, si cuenta con el apoyo familiar y de sus centros de estudio los niños pueden revertir la inmadurez a mediano plazo”, concluyó Sotelo Arias.
Algunos síntomas de inmadurez psicológica:
- Problemas de lenguaje. Niños que no hablan o hablan con monosílabos a una edad que se espera que formen palabras
- Problemas de lecto-escritura.
- Retraso en la coordinación motriz y en la percepción de objetos: se pegan en paredes, pasamanos, siempre traen moretones.
- Puede haber retraso en el control de esfínteres.
- Tiene una baja autoestima.
- Son inquietos.
- No resuelven problemas y se frustran al fracasar: tiene poca tolerancia a la frustración.
CEEPI cuenta con un equipo multidisciplinario para diagnosticar y dar tratamientos a niños que presentan inmadurez psicológica y cognitiva. Para mayores informes consulte www.ceepi.mx
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Somos un grupo de especialistas en el área de la psicología infantil que tenemos como principio el cuidado de la salud mental de los niños y de los adolescentes. CREEMOS EN LA FELICIDAD INFANTIL, y con base en ello, estamos convencidos de que podemos retomar la esencia de la infancia: Ser niño debe ser un sinónimo de felicidad, juego, ilusión, curiosidad e inocencia.
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